Carrocerías históricas: autocar Brisa

Después de hablar de nuestros dos primeros modelos de carrocería, el Cometa (1964) y el Arosa (1969), damos un salto temporal de diez años para situarnos en 1980, año en el que veía la luz nuestra carrocería Brisa.

Los años 80 fueron una época de evolución y consolidación para el transporte público en nuestro país. Tal y como recuerda un artículo del Club de Amigos del Transporte Público, un año antes del comienzo de la década, en 1979, se producían algunos hitos importantes: en Madrid se introducía “el popular Bonobús”, así como “la desaparición del ‘cobrador’, quedando el conductor como agente único a bordo”. Coincide ese momento también con la absorción de las líneas periféricas por parte de la EMT.

Mientras, en Santiago de Compostela, D. José Castro decide abandonar UNICAR. Como ya hemos narrado en otra ocasión, D. José adquiere a sus socios la planta de Santiago y hace constituir allí mismo la nueva Castrosua. Da comienzo así una época de especialización y despegue que se inaugura con el modelo que hoy nos ocupa: el Brisa.

Podemos decir, por lo tanto, que el Brisa fue la primera carrocería 100% Castrosua. Se presentó como “Brisa… Un gran viajero”.

¿Cómo era la carrocería Brisa?

El estado de las carreteras en aquellos años distaba mucho del actual y las medias distancias podían convertirse en infinitas. Un vehículo para el transporte de viajeros debía contar con una estructura fuerte, capaz de soportar las condiciones abruptas y, por momentos, infernales. Ese era, precisamente, uno de los aspectos que hacían destacar al Brisa:

“El Brisa ha nacido fuerte… Su estructura ha sido diseñada pensando que en carreteras accidentadas el autocar se ve sometido a tensiones superiores a las normales. […] El esqueleto de un Brisa es fuerte, elástico y ligero”.

Sobre esa elasticidad presumíamos sin timidez: “El resultado es una elasticidad brillante… Usted lo apreciará al trazar la primera curva”.

Queríamos que viajar en el Brisa fuera un goce. “Interior amplio, acogedor y funcional”, describe el catálogo de la época. Los colores cálidos de la tapicería, los techos y las cortinas, combinados con el blanco pulcrísimo de la tela del reposacabezas, parecen dispuestos a llevarnos a un Verano Azul hace tiempo olvidado.

Características en detalle

Las características que definían al Brisa eran toda una declaración de la preocupación que ha mostrado siempre Castrosua por ofrecer la máxima calidad. Entre ellas, nos encontramos:

• Menor consumo gracias a su peso más ligero y su aerodinámica.
• Tablero de abordo completo y legible.
• Amplia visibilidad para el conductor con parabrisas antirreflejante.
• Parabrisas laminados.
• Potentes faros halógenos, “a prueba de los días más grises y las noches más negras”.
• Faros de niebla traseros.
• Nivel acústico óptimo.
• Visibilidad lateral para pasajeros.
• Accesibilidad a los grupos mecánicos.
• Cuatro procesos anticorrosivos, entre ellos el tratamiento DINITROL para cavidades, juntas y bajos, introducido en nuestro país por primera vez por Castrosua. Zonas habitualmente castigadas por la oxidación fabricadas en aluminio o materiales no metálicos.

Presentación del Brisa

En Castrosua, el lanzamiento de la carrocería fue una gran fiesta. Coincidiendo con la reciente incorporación de José Manuel Castro, los empleados de la empresa se reunieron en las naves actuales de Boisaca y lo celebraron entregándose al baile, como podemos observar en las fotos que han sobrevivido de la época.

Pocos años después se lanzaba al mercado el Master 35. El número de unidades vendidas de ambos modelos no paraba de crecer y Castrosua comenzaba su expansión. Se iniciaba así una época dorada.