¿Conoces el trabajo que lleva a cabo la Unión Internacional de Transporte Público (UITP)? En este post profundizaremos en la actividad de esta asociación, que representa a actores clave del sector en todo el mundo: autoridades de transporte, operadores públicos y privados, empresas de la industria… En la actualidad agrupa a 1800 organizaciones y empresas de cien países.
La fundación de la UITP se produjo en Bélgica, en el año 1885, dada la voluntad de varios empresarios de compartir entre ellos cuestiones técnicas y económicas sobre las concesiones de tranvías; en aquel entonces, se comentaban aspectos como la alimentación e hidratación de los caballos que tiraban de estos vehículos.
Con los años, el organismo se expandió, atrayendo a empresas u organizaciones dedicadas también a otros medios de transporte público urbano (trenes, metros, autobuses, bicicletas, taxis o coches compartidos, entre otros). Hoy, la UITP tiene 17 oficinas repartidas en los cinco continentes y su principal labor es promover la movilidad urbana sostenible a partir del estudio e intercambio de las mejores prácticas a nivel mundial. Para conseguir su objetivo cuenta con tres misiones o estrategias unidas, pero diferenciadas:
- Advocacy & Outreach: área destinada a establecer vínculos con los responsables en la toma de decisiones y organizaciones internacionales para promover soluciones de movilidad sostenibles. Esta sección se apoya en estudios y documentos propios que reflejan las ventajas de invertir en el transporte público.
- Knowledge: área dedicada a la creación de espacios comunes para los asociados donde puedan intercambiar retos y experiencias en más de 25 comités temáticos y numerosos proyectos.
- Networking: espacio reservado a la promoción y desarrollo de los negocios de los socios de la UITP.
Aparte de estas tres misiones, existe la UITP Academy, que imparte hasta 60 programas formativos en todo el mundo en los que se profundiza en aspectos tácticos, estratégicos y operativos de la movilidad urbana sostenible.
Para saber más sobre los proyectos de la UITP hemos hablado con Dionisio González, director de Advocacy & Outreach.
¿Cuándo llegó Dionisio González a la UITP y cómo definiría hasta ahora su experiencia?
Conozco la UITP desde hace muchos años. Antes de incorporarme allí, como director de Advocacy en mayo de 2017, tuve la suerte de trabajar durante 18 años en el Consorcio Regional de Transportes de Madrid, que era socio de la UITP. Entonces, ya pude participar en distintos comités y grupos de trabajo.
La experiencia está siendo muy buena, combinando el conocimiento práctico de la realidad del sector en España con aprendizajes de otras partes del mundo, aprovechando todo ello para apoyar las inversiones en infraestructuras y servicios de transporte público, aspirar a una mejor gobernanza y regulación, construir alianzas, etcétera.
El transporte público es imprescindible para el desarrollo equilibrado de las áreas metropolitanas, facilitando la consecución de objetivos estratégicos de las ciudades: mayor calidad de vida, inclusión social, mejor calidad del aire o competitividad económica, entre otros. Esos son los objetivos de las alianzas en las que seguimos trabajando con partners como Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, asociaciones nacionales de transporte público, banca multilateral…
¿Qué hitos destacaría desde su llegada?
Quizás dos momentos diferenciados, antes y después de la crisis. Por un lado, nuestro trabajo conjunto con la Organización Mundial de la Salud en la 1ª Conferencia Mundial de Calidad del Aire, Octubre 2018, y la celebración de la COP 25 en Madrid, Diciembre 2019, donde presentamos la campaña mundial ONEPLANet, a la que se sumaron como embajadores Alcaldes y Ministros de todo el mundo.
Por otra parte, sin duda, la intensa gestión de la crisis, en la que, desde mi punto de vista, UITP ha mostrado su utilidad como plataforma de intercambio mundial y durante la que hemos aprendido cada día muchísimo de nuestros socios en todo el mundo.
¿Podría hablarnos un poco más de cómo ha afectado la pandemia y el papel que ha desempeñado la UITP en ella?
Nos encontramos ante una pandemia global que está agudizando profundamente las desigualdades y revirtiendo los avances realizados en el ámbito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, abocando a más de 150 millones de personas a la pobreza, de acuerdo a estimaciones del Banco Mundial.
Gracias a la red de la UITP, tenemos una radiografía muy actualizada de lo que está pasando en materia de movilidad a nivel global. Por ejemplo, nuestros socios nos anticiparon, ya a principios de 2020, el problema, y también una parte significativa de las soluciones, lo que funcionaba y lo que no, cómo aplicar cada medida, dónde adquirir determinados productos… Y después estas soluciones fueron exportadas a otros lugares.
Esta ha sido una de las principales demandas de los socios en un primer momento: el intercambio práctico de datos, procedimientos y soluciones entre profesionales que estaban en primera línea y de los que nos sentimos muy orgullosos, porque han garantizado la movilidad de los trabajadores esenciales.
Además de esta labor interna de intercambio entre socios, hemos intensificado nuestra labor de advocacy a todos los niveles (gobiernos locales, regionales, nacionales), Unión Europea, Naciones Unidas, Asociaciones de Ciudades, Organización Mundial de la Salud, etc. para asegurar que el transporte público cuente con los recursos necesarios para jugar un papel clave en todas las políticas de recuperación y mostrar, de nuevo a través de datos y evidencias, que el transporte público es seguro.
Bajo su punto de vista, ¿cómo está encarando el sector transporte la transformación digital?
La digitalización es clave en nuestro sector, al igual que en el conjunto de la economía. La crisis ha servido para acelerarla.
La clave está en poner la digitalización al servicio del negocio, por lo que es fundamental que los expertos de movilidad definan las necesidades funcionales y no al revés. En cuestiones de mantenimiento, comportamiento del cliente, gestión en tiempo real de escenarios de explotación, conducción autónoma, etc. las posibilidades son impresionantes.
Debemos invertir en ello, partiendo de las personas, dotándonos de los perfiles necesarios y ayudando a nuestros equipos en la transición.
Hablando de transiciones, ¿cómo cree que evolucionarán las restricciones al tráfico en las grandes ciudades para cumplir los objetivos de reducción de emisiones?
Esta crisis representa una oportunidad vital para mejorar, devolviendo la ciudad a las personas. No sólo por cuestiones de calidad del aire y cambio climático, sino porque queremos más espacio urbano para disfrutar de la ciudad. Las decisiones que se tomen en los próximos meses, entre otras las relacionadas con los fondos europeos, definirán lo accesibles, resilientes y habitables que serán nuestras ciudades en el futuro. Sin duda, es el momento de avanzar en esta dirección, que, de acuerdo a las encuestas en todo el mundo, es apoyada por la inmensa mayoría de los ciudadanos.
La clave es hacerlo ofreciendo alternativas de calidad en transporte público, garantizando una buena accesibilidad, mediante una gestión integral de la movilidad. Es el momento de explorar sistemas de peaje urbano cuyos ingresos se empleen en seguir mejorando el transporte público, como ocurre con éxito en distintas partes del mundo.
La pandemia de COVID-19 ha demostrado que el transporte público urbano es esencial y un bien común que debemos preservar. El sector está fuertemente interrelacionado con muchos otros desafíos, a los que no se podrá hacer frente sin conceder una prioridad clara al transporte público como pilar fundamental para la recuperación económica, social y medioambiental, tanto a corto como a largo plazo.
En definitiva, el transporte público es imprescindible para luchar contra el cambio climático…
Sin duda y, por ello, los gobiernos deben apoyarlo. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, el transporte público es cuatro veces más eficiente por pax/km que el vehículo privado. En un kilómetro recorrido en transporte público se producen 95 gramos de emisiones de gases de efecto invernadero y 19 gramos de NOx menos que utilizando el transporte motorizado privado.
Si queremos limitar el aumento de la temperatura global a 1,5° C conforme al Acuerdo de París, debemos reducir las emisiones globales un 7,6 % cada año durante la próxima década. Como se describe en la Declaración de la UITP sobre Liderazgo Climático, para lograrlo se requieren compromisos nacionales más ambiciosos y objetivos más estrictos con el fin de alcanzar la neutralidad en las emisiones de carbono en 2050. Los agentes no gubernamentales, como el sector del transporte público, y Castrosua es un excelente ejemplo de ello, hemos demostrado una gran determinación y compromiso para lograr un futuro con bajas emisiones y aprovechar las oportunidades derivadas de ello.
Sin duda, la manera más rápida y rentable de descarbonizar la movilidad diaria de las personas y reducir la huella de sus desplazamientos es promover el transporte público y la movilidad activa. Esto pasa por el uso de tecnologías medioambientalmente más sostenibles pero, en primer lugar, por una planificación integral de la movilidad y los usos del suelo y por más actuaciones de prioridad al transporte público (ampliación de redes, ampliación de capacidad, más plataformas reservadas en los accesos a ciudades, más carriles bus, etcétera).
El papel que desempeña la UITP para una correcta gestión de la movilidad urbana y metropolitana y para el desarrollo de políticas sostenibles es irremplazable.
Desde Grupo Castrosua damos las gracias a Dionisio González por su tiempo. También, por supuesto, por el trabajo diario desempeñado desde la UITP para diseñar alternativas de movilidad sustentables y eficientes con las que configurar nuevamente la vida en las ciudades; devolviéndoselas, como señala González en esta entrevista, a sus habitantes.
Imágenes del post cedidas por la UITP.