Una visita a las instalaciones de la oficina técnica de Grupo Castrosua no deja a nadie indiferente. En sus vitrinas, Agustín Gómez –responsable de Homologaciones de la compañía y secretario general de Ascabús- alberga gran parte de la colección de maquetas de autobuses y autocares que ha reunido a lo largo de las últimas tres décadas. Un auténtico tesoro. Y no solo desde el punto de vista sentimental, sino también desde el puramente económico ya que el conjunto de las piezas adquiere un valor superior a los 7.000 euros.
Agustín Gómez nos revela que su pasión por las maquetas viene de niño. “Mi padre era conductor de autobuses en la empresa Villalón”, señala mientras rememora pasajes de su infancia en la localidad ourensana de Maceda. Años más tarde, en 1987, después de una larga estancia en Venezuela y casi de casualidad, comienza a trabajar en el departamento comercial de Castrosua. “Cuando hice la entrevista no sabía que el puesto ofertado era para Castrosua porque la selección se realizaba a través de una empresa de trabajo temporal”, recalca.
Primera maqueta
Fue a los pocos meses de incorporarse a Castrosua cuando Scania le regaló su primera maqueta. A pesar de que el tiempo ha dejado su huella en ella, Agustín sigue conservándola como oro en paño. A partir de ahí se originó su gusto por el coleccionismo. Con frecuencia, aquellos que le conocían y sabían de esta afición, le obsequiaban con maquetas de diferentes modelos de autobuses.
Así, por ejemplo, en el Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA) le regalaron una de las piezas que más aprecia. Se trata de una maqueta dedicada de un modelo de Iberia, de dos pisos, que se fabricó en España hace años y que fue conocido como “camello”.
Aunque la mayor parte de las piezas le fueron regaladas, Agustín también invirtió en su afición y pagó por algunas de ellas. “Aproximadamente el 10% de las maquetas de la colección son compradas”, indica. “Algunas proceden de series limitadas, unidades caras que superan los 300 euros”, añade. Su colección, de más de 200 piezas, es un reflejo en miniatura de la evolución histórica del sector del autobús. Una recreación que, sin duda, avivará los recuerdos de los más nostálgicos.